Las exigencias de mercado llevarán a todos los involucrados en la cadena de producción a la comercialización de productos obtenidos de manera razonable y con enfoque a la sanidad de los consumidores.
¿De donde vienen los productos que nos sirven a la mesa?.. ¿con que productos fueron tratados en campo?.. Son preguntas que cada vez mas nos hacemos mientras disfrutamos de una comida ya sea en casa o en un restaurante de moda, lo cierto es que con la globalización de la información y las tendencias de una vida más saludable, son interrogantes más comunes en nuestro día a día y que están afectando frecuentemente nuestras decisiones de consumo. Pero en ese creciente interés, ¿Que conceptos básicos tendríamos que tener en cuenta?…
Uno de los más importantes es la inocuidad alimentaria, y esta se puede ver desde dos puntos de vista, uno de ellos desde la perspectiva de los productores agrícolas que se refiere a las exigencias y prácticas con las que se debe llevar a cabo un cultivo para poder cumplir con ciertos requerimientos (en algunos casos certificaciones) y que hoy en día además de estándares de calidad se han convertido en un referente o sinónimo de un buen canal de mercadeo y desde el punto de vista de los consumidores en su sentido natural y simple en el que un producto inocuo es aquel que nos ofrece la garantía de no dañar nuestra salud al consumirlos.
Si bien es cierto, de la mano con la inocuidad alimentaría existen dos conceptos agronómicos que se toman mucho en cuenta para lograr una producción sana como LMR (limite máximo de residuos) que se refiere a la cantidad de moléculas activas permitidas en la aplicación de insumos agrícolas para un producto de consumo en especifico y el IS (intervalo de seguridad) que es el tiempo en días a corte una vez aplicado un producto fitosanitario.
Lo que es una realidad, es que en la actualidad la tendencia es buscar consumir alimentos con la menor contaminación posible y para ello ya se ofrecen en el mercado de los productos de consumo en fresco, productos con denominaciones como “orgánico”, “libre de pesticidas” o “residuo cero”, siendo esta última una tendencia aterrizada de la conjunción de moléculas de última generación que respetan los parámetros anteriormente expuestos y productos de origen ecológico para el control de plagas y enfermedades.
En la medida que todos nos preocupemos por hacer conciencia de lo que llevamos a nuestras mesas, las exigencias de mercado llevarán a todos los involucrados en la cadena de producción a la comercialización de productos obtenidos de manera razonable y con enfoque a la sanidad de los consumidores.
Autor: Ing. Francisco Meza, experto en Residuo Cero.
