01 800 248 88 00 / [email protected]
Inicio / Blog / ENFOQUE A LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS SANOS

ENFOQUE A LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS SANOS

7 febrero, 2016

Residuo cero, es un sistema de producción que a través de técnicas y tecnologí­as de última generación se obtienen productos agrÃícolas, en especial frutas y hortalizas de consumo fresco, sin ningún residuo detectable de pesticidas quí­micos de sí­ntesis, garantizando alimentos saludables para las personas.

Esto se realiza cumpliendo con los pilares de la sustentabilidad agrí­cola y además garantiza el abastecimiento de alimentos a precios razonables para el consumidor final.

¿Cómo funciona?

Son técnicas efectivas que resultan mediante la detección del momento oportuno de aplicación de un producto durante el desarrollo del cultivo, es decir, llevando un estricto monitoreo y control de las plagas y enfermedades, así­ como de las condiciones medioambientales que promueven su desarrollo. Cuando son analizadas y detectadas estas variables, se toma la decisión de aplicación de la molécula o extracto más adecuado para ese momento.

Dependiendo del desarrollo y estado fenológico del cultivo se aumentará o disminuirá el abanico de posibilidades, adecuando el volumen de solución de tratamiento para la aplicación de productos fitosanitarios, teniendo en cuenta factores importantes como el inicio de floración y fructificación, periodo en el cual el productor debe cuidar más la residualidad de las moléculas.

Es así­ como se logran obtener alimentos sanos y sin residuos.

¿Qué diferencia hay entre los alimentos sanos y los convencionales?

Alimentos sanos son aquellos que son producidos bajo técnicas y tecnologí­as que respetan los parámetros de inocuidad establecidos por las reglamentaciones. Además de cumplir con estas especificaciones, los alimentos sanos ofrecen un valor agregado al no tener moléculas residuales que afecten al organismo del consumidor. La diferencia con un producto del sistema convencional radica en la baja cantidad y el momento de aplicación de moléculas de sí­ntesis quí­mica, lo que nos lleva a cumplir con las partes por millón permitidas por los organismos reguladores.